Este encuentro fue al primero que asistí en torno al estudio y práctica de Un Curso de Milagros y siempre tendrá un lugar de cariño en mi recuerdo.
Guardo el texto que envié al grupo de «wasap» al terminar el evento con una sonrisa de oreja a oreja:
No hay palabras para expresar cuando encuentras el sendero de vuelta a casa, aunque no haya hecho más que empezar… y ver en él un montón de luciérnagas dispuestas a darte la mano para emprenderlo.
Un alivio enorme se extiende en mi mente mientras doy un largo suspiro. Aunque me caiga por el camino no me van a dejar atrás, me mostrarán la Luz del Espíritu de diferentes formas para que me levante y continúe caminando.
Este encuentro ha sido un enchufe con cargador USB 3.0 para ir integrando la practicidad del Curso a mi, con risas, herramientas y miradas de complicidad.
GRACIAS
